Y TU ¿AGUANTAS EL POLÍGRAFO?
Comencemos por el principio de todo, para así poder entender el contenido de esta entrada…
¿Qué es un Polígrafo?
Según nuestra amiga Wikipedia, un polígrafo es:


El llamado detector de mentiras, máquina de la verdad o polígrafo es un tipo particular de instrumento de medición utilizado para el registro de respuestas fisiológicas. Generalmente registra las variaciones de la presión arterial, el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria, estímulos nerviosos y la respuesta galvánica o conductancia de la piel, generadas ante determinadas preguntas que se realizan al sujeto sometido a la prueba.
Este tipo de polígrafo es comúnmente conocido por su uso como supuesto detector de mentiras sin validación científica alguna, pese a su credibilidad en la cultura popular y algunas entidades estatales y privadas.
Su repetida incapacidad para detectar a espías notorios a lo largo de décadas y las investigaciones al respecto realizadas por instituciones de alto prestigio como la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos o la Asociación Estadounidense de Psicología con resultados negativos, entre otros factores, han hecho que la comunidad científica los considera un fraude y una forma de pseudociencia.
El conjunto de técnicas utilizadas para la supuesta detección de mentiras es ahora más publicidad como evaluación de credibilidad (del inglés credibility assessment), detección del engaño y otras en un intento de bordear este descrédito. En realidad, actualmente no existe ninguna máquina o dispositivo capaz de detectar mentiras de manera fiable y no se prevé que surja en el futuro próximo.
Esta imposibilidad incluye a otras tecnologías complementarias o sustitutivas del tradicional polígrafo como el análisis electroencefalográfico de potenciales evocados (como el componente P300) o la explotación de la imagen por resonancia magnética funcional.
¿Por qué traigo este aparatito a este post?
No es por probar la efectividad del mismo.
Vá mucho más allá.
Imaginemos por un momento que estamos constantemente sometidos a un polígrafo invisible en todo lo que pensamos, hacemos y decimos.
Si pones estas tres acciones en la mesa, te puedes responder a la pregunta original
¿Y tú aguantas polígrafo?
Este post es sobre “La Mentira”.
Pero no traigo su concepto porque todos sabemos qué es “La Mentira”. Todos hemos dicho mentiras de un modo u otro.
Me gusta englobar, prefiero ir un poquito más allá de un simple concepto.
Aquí no se trata de hablar solo de las mentiras y lo que engloba decirlas, ya que como es bien dicho:
Las Mentiras tienen piernas cortas
La Mentira vale, mientras la verdad aparece
Es preferible la verdad aunque duela
Las mentiras son deudas que vamos acumulando con la verdad y que en algún momento tendremos que pagar.
Y no sabemos, en la mayoría de los casos, como vamos terminar pagando.
Las mentiras destruyen relaciones, confianza, e incluso tu autoestima, porque al final terminas destruyendote a tí mismo, por haber perdido cosas y personas que considerabas importantes para tí.
Y justamente allí, cuando comienzan los auto reclamos, inicia el auto prejuicio y la culpa, lo que conlleva a que tires por la borda tu autoestima.
Hoy no voy a poner ningún ejemplo, ni voy a traer a colación ningún pasaje de la Vida de Krito!, ya que se haría interminable este post.
De tantas mentiras que he dicho.!
Aquí prefiero hablar de lo que he aprendido mintiendo, y no ha sido nada bueno en ningún caso, es por eso que ahora evito mentir.
Mentir se convirtió en un vicio para mí.
Mentía para conseguir mis objetivos y, aunque no he de negar que los alcanzaba, al poco tiempo terminaba perdiéndose, porque no puedes basar una realidad con cimientos basados en mentiras.
Salir de ese círculo me ha costado muchísimo más que cualquier otro cambio que quisiera dar en mi vida.
Aprendí que “NO EXISTEN MENTIRAS PIADOSAS”, porque en esencia siguen siendo mentiras.
Omitir información, es mentir de manera disfrazada de olvido, descuido o conveniencia
Perdí amistades y amores.
Destruí la confianza de mi familia y de seres que considero importantes en mi vida, y aunque he hecho de todo por recuperar esa confianza. En muchos casos ha sido demasiado tarde
Hoy he decidido ser real, y auténtica.
No me escondo tras una falsa verdad. Digo lo que siento, si me preguntan sobre algo, respondo con sinceridad, pero sin altivez.
No hablo de los demás, no es competencia mía lo que cada uno haga con su vida. Porque automaticamente, inicias a juntar verdades con mentiras, por seguir en la cuestión.
Si se dá el caso de que no sé o no conozco sobre un tema, persona, cosa o actividad, lo digo abiertamente.
Nadie puede juzgar la ignorancia.
Llevo alineados los tres ejes que mencioné arriba:
“Pensamientos, palabras y obras”
Y trato de actuar en equilibrio con los tres.
No omito información concerniente a lo que me están preguntando, siempre y cuando conozca la información, “Ese es el momento de hablarlo”, sino después es inevitable tener daños colaterales por omisión.
En ese polígrafo diario al que estamos expuestos constantemente, hoy me considero en capacidad de decir que “Si aguanto Polígrafo”…
Ahora te pregunto de nuevo:
Y TÚ ¿AGUANTAS EL POLÍGRAFO?
Únete
Trabajando juntos

0 comentarios